miércoles, 14 de enero de 2009

Siete treinta

Nunca alcanzo las mañanas
ni llegan a mi sueño las noches
tal vez alguna imagen perdure
desde la fría madrugada

Tu ausencia me despierta
cuando el calor de las siete
viste su mejor vestido
y se va con tu perfume

El miedo me invade
la soledad me acorrala
tu recuerdo en cada detalle
en cada pliego de mis sábanas

Porque no renunciar a todo
dejar que nos olviden en cenizas
y decidas quedarte en mis brazos
toda una vida en un acto de amor

Te fuiste,
me quedé,
intentaré ganarle al día
hasta que el aroma de la siesta
te devuelva a mi rutina,
claro que hasta ese momento
me faltan como mil horas de extrañarte

1 comentarios:

María Gabriela Costigliolo dijo...

Yo no puedo decirte mas que te quiero. y que pase lo que pase estoy con vos. Siempre. besos