lunes, 27 de febrero de 2012

Diferente


Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan. (Friedrich Wilhelm Nietzsche)
            Eric Sher - Johannesburg, Ga - South Africa

Pero el amor es otra cosa

Son los besos,
los abrazos,
la pasión primitiva,
la violenta y urgente necesidad
de sentir el cuerpo del ser amado
como parte irremediable de uno mismo.
La mirada que no miente y desnuda el alma
frente a la  nostalgia del tiempo que nos divide.
La ilusión del futuro soñado.

Algunos sin embargo piensan que son estructuras
normas sociales aprobadas
por los dogmas y morales ajenos,
créditos y cuotas,
rutinas y seguridades,
certezas inexistentes para el lenguaje del corazón.

Eligen por las culpas y los deberes
salvarse del miedo,
de la oscura locura de lo prohibido,
del cielo de las utopías,
para vivir a la luz de un amor de consumo.

Pero no saben ni sienten,
muerte fría del alma,

que el amor es otra cosa.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Sombra de la noche (Basado en hechos reales)

Nuestras buenas y nuestras malas acciones nos siguen casi como una sombra. (Buda)


Primera Parte - La ruta

La lluvia ocultaba su sudor, la tormenta mezclaba con sangre las gotas de miedo que bajaban por su rostro desangrando en su cabeza lo que terminaba de confirmar.

Regresó al auto pálido como un mármol, sin aliento,
su traje mojado le quemaba igual que todo el alcohol que había bebido en esa maldita fiesta y el peso del barro en sus zapatos era apenas el inicio de una carga mucho mayor.

Abrió la puerta, entró rápido y se quedó en silencio, sosteniendo el volante unos segundos que fueron eternos, un vació inmenso en la oscuridad de la noche, la mirada perdida en la banquina de la vieja ruta, mientras su mujer temblaba en el asiento a su costado, sin poder mirar lo que acababa de suceder afuera, sin poder hablar, como un testigo del aliento de la muerte.

De pronto toda su vida se le vino encima, como un apocalípsis premeditado.

- Está muerto.

Su voz entrecortada fue apenas un tibio susurro que sonó a noticia desgarradora en los oídos de su esposa.

- Está muerto, lo maté.

Repitió con exacta certeza por lo que acababa de ver.
Su manos temblaban, no podía controlarlas, alcanzó a sostener las llaves y encendió el motor de su viejo falcón negro en el mismo instante que tomaba la decisión, consciente en su falta, de acelerar para no volver a mirar hacia atrás, sin saber que los pecados que se cometen en el camino nos siguen como sombras durante toda nuestra vida.

Ésta es la historia de una de ellas..