Nada nuevo nos sorprende, todas las noticias e informaciones que diariamente nos invaden nos develan que el futuro camina a paso veloz, considerando que en el mundo actual las personas estamos asimilando que los cambios son cosa de todos los días y que debemos acercarnos a esos cambios para no quedar marginados de lo que viene.
En nuestro país el desafío no sólo se presenta en la adaptación individual a la nueva era de la información y el conocimiento, sino que el peligro,tal vez mayor, se vislumbra en nuestras instituciones, que no han demostrado capacidad de cambio y crecimiento, lo cual se vuelve cada vez más urgente y necesario.
En la Argentina de hoy, sólo tenemos acceso a esa conciencia de trabajo especializado y poder basado en el conocimiento en ciertos sectores privados y multinacionales, de los cuales se podrían importar exitosas ideas y aplicarlas en el resto de las instituciones y organismos sobre todos estatales, que no logran salir de sus sitemas rígidos, burocráticos y que no conducen sino a la ineficiencia organizacional y en algunos casos a la corrupción incontrolable.
La nueva era nos trae beneficios y un mapa infinito de desafíos, pero sobre todo nos abre la persiana a un mundo competitivo y global en el que serán necesarios el mayor grado de conocimiento y manejo de la información. Es hora de comenzar a cambias nuestros sistemas, nuestra mentalidad, sino logramos adaptarnos como sociedad a las actuales exigencias y seguimos siendo un país sin un criterio de organización dificilmente logremos subirnos a la nueva era que ya se nos presenta y quedaremos estancados en un mundo de línea inferior donde nunca tendremos la posibilidad de crecer y progresar al mismo ritmo del futuro.
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