lunes, 9 de noviembre de 2009

Primera Musa (ciego sin tus ojos)

“Entonces pensó en ella, eligiéndola, y sin dolor…sin desesperaciones… sin angustia y sin miedo, dócilmente empezó… como otras noches…a necesitarla”


Puedo recordar
con extrema certeza
el instante mismo
en que te conocí
la exacta pausa
en aquel segundo fugaz
en que tus ojos
se cruzaron con los míos
llenos de complicidad
con la mirada infinita
de los amigos eternos

Caigo a tus ojos,
como a un vacío dulce
último refugio de aquellas palabras
que pierden todo su sentido
cuando me alumbras con tu mirada

Sin embargo hoy
detrás de éste encierro
siento voces que reclaman,
sonidos del desorden
de una vida que se va,
los restos de los puentes
quemados a mi espalda.
Pero el fuego cura heridas
las lágrimas secan su dolor
ríos de dolor…
convertidos en salitral

Si tus ojos hoy despiertan
mirándome encendidos
mi caída no será eterna,
será un vuelo sin regreso
a los límites de mi pasión

Prefiero esta prisión
la condena de tus ojos,
el poema de tus manos,
el sentir de tus palabras,
de tus ideales ante el mundo,
tu sol y tu luna
como única salida
a mi mundo, a mi paz
a tu camino y mis conclusiones
que aún te esperan…

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