Ves cosas y dices,"¿Por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, "¿Por qué no?"...
De pronto nos reíamos a carcajadas, habíamos comprado ese vino pensando en este momento y lo estábamos compartiendo, sentados en el piso, descalzos, relajados. El sol del otoño empezaba a caer, alienando los corazones, despertando los sentidos y las pasiones.
Fumamos marihuana, de una noche anterior y entre dosis de locura nos contamos nuestros sueños mirándonos nuestros labios, sintiendo nuestra amistad, nuestra piel, y escuchando esas canciones que nos gustaban, comiéndonos la boca cada canción, saltando como locos en un pogo.
La lluvia que en la mañana nos había sorprendido logró que tu entusiasmo creciera, yo te veía hermosa, como siempre, alegre, feliz, no podía dejar de mirarte, tus ojos de pronto eran mi destino, tus gestos me llenan, me enamoran a cada segundo...
Tuvimos una profunda charla del amor, de la vida, y las causas perdidas por las que valía la pena luchar, de la libertad, también de cosas triviales, tu simpleza es tan hermosa como tu belleza.
Afuera la ciudad corría sin sentido, amores desencontrados en la última ráfaga de desesperación, mientras que el tiempo para nosotros era una regla inexistente.
Recuerdo tus besos, tenían la dulzura de todas las canciones de amor, tus caricias en mi cara, tus manos suaves en las mías, tus ojos clavados en mí…
Hicimos el amor de una manera apasionada, hermosa, nos sentimos como parte de un mismo ser, de pronto había un sólo cuerpo, un sólo espíritu...Era amor…Sin prudencias.
Fue una tarde mágica…
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